La calidad de la democracia está nuevamente a debate estos días. Un Youtuber, de esos denostados porque alguno de sus compañeros se marchó a Andorra, entró en un programa de audiencia los sábados, supuestamente para hablar de sus colegas, y acabó, él solo, centrando la discusión sobre la nula posibilidad de participación de la ciudadanía. Los tertulianos en bloque, quizás sorprendidos, intentaban contrarrestar su discurso apelando a las maravillas de nuestro sistema, sin conseguirlo. Es cierto que algunos de ellos y ellas habían utilizado el mismo argumento antes, pero -oye-, eso de que critique un outsider no está bien. En
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