R. Lippit y R. K. White realizaron una serie de experimentos para entender el comportamiento bajo la atmósfera de grupos autoritarios, democráticos y laissez faire. Los grupos autoritarios mostraron la tensión más alta y en los mismos se dio la situación del chivo expiatorio. Sus miembros se unieron no contra el líder sino contra uno de los miembros del grupo, ocurrió en dos ocasiones de las 12 sesiones de las que constó el experimento, y en ambos casos estos miembros dejaron de asistir.
Bajo condiciones autoritarias los miembros del grupo son enemigos potenciales de todos los demás en vez de que su poder potencial fortalezca al resto mediante la cooperación. En este tipo de grupos, la forma de obtener algo parecido a un estatus más alto pasa por la eliminación mediante el ataque a un compañero o compañera.
Tal vez este experimento pueda se extrapolado a múltiples situaciones que se viven en el mundo laboral, lo vemos y hemos visto en política con cierta frecuencia, quizás esté presente en muchas situaciones que se dan en los centros educativos y la idea de chivo expiatorio puede ser recuperada para cuestiones como la xenofobia o el señalamiento de periodistas, actores, artistas…
Lo que tendrían en común es la atmósfera autoritaria, puede entonces que esta sea la mayor auto crítica que debamos hacernos.