Hoy hace veintiún años que empecé a trabajar en el Tercer Sector. Acumulo algunas goteras y factores de riesgo, y siento que va siendo hora de contármelo. Muchos estudiamos una carrera universitaria de manera prematura. Lo hicimos porque la generación de nuestros padres, de repente, pudieron prever cierta estabilidad laboral, en muchos casos trabajando sólo el varón, lo que les permitiría alcanzar el sueño en el que sus hijos tendrían estudios y una vida mejor gracias a ello. Era una posibilidad de salto generacional, la primera vez que de tradiciones campesinas o trabajadores algo especializados, en esas familias podía haber
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