Cónclave de la ultraderecha europea este sábado en Alemania entre protestas
Hace ya algunos años, empecé a escribir unas pocas lineas sobre distintas situaciones injustas y equivocadas cuando tenían que ver con la inmigración. Siempre he pensado que es un tema vital para cualquier sociedad, pero nunca pude imaginar que se convertiría en el motivo principal del Brexit, la elección de Trump o el ascenso de los partidos de ultra derecha hasta el poder en Europa. O tal vez sí lo imaginaba, como el que tiene pesadillas y al despertar se acuerda pero sitúa las mismas en el sitio de los miedos con pocas posibilidades de ocurrir.
El caso es que ya hoy me queda muy poco más que añadir. El racismo se ha impuesto y es un argumento político de peso. Ante todas las advertencias que se hicieron por personas influyentes y no por quien -como es mi caso- no pinta nada, ya sólo se puede añadir “te lo dije”.
Hasta dónde nos llevará comulgar con los discursos del odio por el otro extranjero es cuestión de esperar. Por un lado cabe pensar que cuando enciendes la llama ya no te queda otra que mirar hasta que se queme el combustible. Tal vez confiar en que algún cortafuegos quede y que si bien no esté muy saneado, sirva de algo. Desde luego parece que lo que está por venir pondrá a prueba la capacidad de regeneración y autoconservación de nuestros sistemas.
Mientras tanto podemos empezar a pensar en qué hicimos mal o qué no hicimos para permitir que una vez más en la historia un grupo de personas se convirtieran en el chivo expiatorio, el motivo político unificador. Tal vez esté en nuestra naturaleza, aunque en la misma hay tantas cosas que no explicaría por qué se estimulan unas y no otras. Es posible que simplemente nunca se tomara en serio este tema.
También cabe pensar que una mayoría no quiera escuchar lo que consideran discursos moralistas. Bastante tienen con su día a día, sus muchas ocupaciones, renuncias y miedos, como para que encima unos pesados vengan con explicaciones rebuscadas que les hacen cuestionarse planteamientos y sentirse mal con ello. Desde luego no les gusta que les llamen racistas aunque lo sean de manual, mucho menos que por serlo caerán sobre todos las Siete Plagas.