Merkel una y otra vez

Ha sido muy comentado el episodio de Merkel con la niña palestina en un programa de televisión. La niña cuenta su historia de 4 años de residencia en Alemania y sus sueños de estudiar en la universidad, pero le preocupa que su padre no tenga respuesta al asilo solicitado y que no pueda trabajar, así como la posibilidad de que se lo denieguen. Merkel le dice a la niña que no se puede dejar entrar a todo el mundo, la niña se pone a llorar y ella va a consolarla poniéndose algo borde con un comentario del presentador mientras lo hace.

Para algunas personas en España y en Europa la interpretación es que esta señora carece de la más mínima empatía. Para otras que es una gran dirigente porque no trata a la gente como niños, les dice la verdad aun cuando esta es dolorosa, aun dirigiéndose a niños.

Esta segunda interpretación, para mi gusto, carece de toda veracidad. La cuestión sobre la que contestar es que un procedimiento como el del asilo lleve 4 años sin respuesta ni favorable ni desfavorable. Esto es inhumano e ilegal. En ese tiempo tienes a una niña que en apariencia está integrada en la sociedad alemana, al menos habla alemán que es lo que se suele considerar una muestra de integración, pero unos padres que no saben si serán deportados en algún momento y que no han podido trabajar legalmente. Y la respuesta es algo así como que no se puede dejar pasar a todo el mundo. Pues menos mal, quizás Merkel esté llegando 4 años tarde.

A lo que debe dar respuesta es a si considera que saltarse toda la legislación internacional a la torera, permitir estas situaciones de indefensión que, además rozan el absurdo, le parece normal. Pero ella no, ella recurre a un argumento tan populista como que no se puede dejar pasar a todo el mundo, argumento que seguro hizo dar un salto de alegría a los más radicales de derechas en su país.

Y todavía escuchar que eso es una dirigente como tiene que ser porque no le dice a la gente lo de los Reyes Magos, me demuestra que existen al menos dos sensibilidades muy distintas entre europeos. El problema lo estás creando tú permitiendo que personas no tengan respuesta después de tanto tiempo en el que no saben qué será de su vida al día siguiente; esto es parecido a una tortura, no tenemos más que preguntárselo a quienes viven tal situación.

En el fondo subyace un argumento doble, por un lado que Europa y en este caso Alemania no puede acoger a más personas y por otro, para apuntalar el anterior, que realmente la situación por la que se produce la salida no la creamos nosotros que es también lo que le dice Merkel a la niña. Empezando por este segundo argumento habrá quien piense que desentenderse del papel histórico que Europa y en particular Alemania han jugado y juegan en la zona de conflicto a la que en particular nos referimos, es algo cínico. Desde luego, pensar que no se puede hacer más hoy por ayudar a solucionar los conflictos tampoco parece muy acertado.

Alemania ha ido aumentando el número de solicitudes de asilo que recibe desde las 27.000 en 2008 a las 202.000 de 2014. No llega a las 400.000 que se esgrime en algunos medios. Pedir asilo, sólo por recordarlo, es una cosa muy seria, no te levantas una mañana y dices “me apetece viajar a no sé donde, voy a pedir asilo”. Supone que existe una situación que te hace salir huyendo de tu país, temiendo, de manera general, por tu vida o la de tu familia. ¿Es mucho 200.000, es poco, se puede asumir? Desde luego indica que en el mundo hay muchos problemas y la gente pasa miedo y desde esa perspectiva es muchísimo. Pero también demuestra, una vez más, que el temible efecto llamada no es muy preciso, puesto que a medida que vas aumentando la dureza en tu país y Alemania es muy dura, resulta que te llegan más personas.

Decirle la verdad a la niña hubiera sido exponer todas estas cosas. Asumir que el procedimiento de asilo relega a la exclusión y a la indefensión a muchas personas, que en Europa hay racismo institucional y partidos políticos racistas que presionan sobre este tema y a los que habría que combatir. También que Europa tiene responsabilidad histórica en lo que ocurre y desde luego podría hacer más para incidir en soluciones si no estuviera centrada en otros temas. Asumir que esta niña y su familia pueden o no tener suerte, otras muchas personas no la tendrán, pero que, desde luego, mucho de suerte individual es, menos de ideas claras sobre lo que se quiere hacer frente a la situación. Decir que Alemania y Europa económicamente pueden hacer más de lo que hacen por los solicitantes de asilo ya en el territorio, puesto que es una decisión política que no se quiere tomar que, evidentemente, tiene un gasto asociado. Que el efecto llamada es una falacia, la guerra y la penuria son el efecto llamada. Claro que sí, es un problema complejo en el que la voluntad por resolverlo es baja y los intereses creados y distintos muchos mientras la gente sufre. Desde luego las respuestas simplistas no pueden ser consideradas como valientes o dignas de elogio porque se dice sólo una muy pequeña parte de la verdad; demostrar una mínima empatía por el sufrimiento humano, una mínima preocupación por el tema, por la niña y su familia podría haber sido hablar de todo esto.

En esta Europa y con estos dirigentes yo no.

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