Una de las cuestiones que me preocupa de la Monarquía es saber qué nos garantiza que en su día a día se mueva y tome decisiones a favor de otros y no de sus propios intereses. Cualquier liberal entendería que esta familia las tomara en favor de ella misma y supondría que, al hacerlo, favorecería al conjunto. Claro que sí, esto sería así si los intereses del resto coincidieran con los de la realeza, cuestión que está por ver. El caso es que en este país es interesante ver el apego que algunos de los auto denominados liberales tienen a la monarquía.
Está claro que en sus decisiones, la Monarquía no se juega lo mismo que cualquier otra familia, obviamente tiene garantizada su supervivencia, si las toma equivocadas o no actúa correctamente no corre riesgos, esos, en todo caso, los asumimos los demás por ella.
Y aquí llegamos al caso Nóos. Ya tenemos sentencias, la Infanta condenada a pagar, su marido a la cárcel. Inocentes no son ¿verdad? Y ahora ¿qué? Pues nada y ¿quién ha pagado todo esto? Los que siempre asumimos los riesgos y las decisiones de los demás que no se juegan lo mismo que nosotros.
Muy bien, soy republicano, pero entiendo que en este país no es un debate que hoy se pueda tener con normalidad, quién sabe si algún día. Pero algo tendremos que hacer; pese al escándalo, nada cambia en la institución monárquica y por lo tanto, seguirá sin asumir los riesgos de sus actuaciones, vaya, que puede pasar otra vez y en buena lógica pasará. Necesitamos al menos un seguro, como los que nos obligan a tener para casi todo a los demás. Por qué no pedirle a la Monarquía que responda con su propio patrimonio (al margen de lo que indique una posible sentencia) en caso de que ocurra de nuevo. De esta manera al menos se jugará algo y quizás tome medidas, el resto nos lo jugamos todo cada día. Si en nuestros trabajos nos equivocamos podemos tener un accidente o nos pueden despedir y, además, ya pagamos por anticipado por la posibilidad de que eso ocurra. En el caso de los políticos es igual, se juegan nada en sus decisiones, el riesgo de las mismas es para el resto, si bien es cierto que, con suerte, se les votará no en las siguientes elecciones, pero ¿la Monarquía? qué se juega y por qué debería defender algo que no sea a ella misma.