No a sus guerras

Ciudadano o ciudadana que por las mañanas cuelgas alguna mierda sobre la felicidad, el pensamiento positivo y la capacidad infinita que tienes como individuo de hacer tu mundo mejor en una jornada de extenuante trabajo, ¿cómo puedes a continuación pensar que ser pacifista es un insulto?

Saca tu enfado, no seas pánfilo, no aceptes que el mundo es de buenos y malos, que te digan quienes son los malos y que merecen ser exterminados, para buscar a continuación alguna otra bazofia aparentemente amable que compartir. Dónde queda tu buen rollito.

Resulta que sí, los pacifistas, los tibios, los que incluso en esta guerra llaman terroristas, estamos cabreados. Yo lo estoy, imagino que el resto. El pacifismo se está convirtiendo en el enemigo. Y si las guerras te duelen, las injusticias sobremanera, que encima seas un paria te exaspera.

Te recuerdo, amigo buen rollista, que con tu dinero, el que te quitan a ti y a tu familia, están matando personas en algún lado. Por si lo dudas, igual de insignificante te puedes volver algún día para quienes dan las ordenes y tus gilipolleces previas en redes o en el teléfono no te salvarán. No te ayudará entonces pensar que cualquier crisis es una oportunidad, se la sudas y se la sudarás si ello reporta beneficios. Y lo digo, por si no crees en la justicia para la humanidad y tienes que interpretarlo todo en términos egoístas. Tú puedes y vas camino de ser insignificante si apoyas cualquier guerra. Lo siento, pon eso en el estado de WhatsApp. Si no las apoyas ocurrirá también, ya eres insignificante pese a tu número de seguidores, pero por lo menos habrás luchado antes de que te tiroteen y no te caerás de un guindo de repente. Si por el contrario no las apoyas, si te quejas, si te duelen, tal vez tengas y tengamos todos y todas una oportunidad. Puede que hasta aquellos que ahora están pasando por ello. No a sus guerras.