Para qué discrepar

En la campaña del 23J he echado de menos el tema de la guerra. También el de la pandemia.

Enfrascados en nuestros bloques -y no digo que no sea importante- no hablar o casi ni mencionar la guerra, puede dar la sensación de que no tenemos nada que hacer, se nos impone y queda en manos de lo que decidan otros países y la OTAN. Pero claro, cuando estás intentado decidir quién debe ser el presidente o la presidenta de un país, hubiera estado bien un poco de discusión sobre política exterior, sobre la guerra (esta y todas) y otras cuestiones estratégicas. Resulta paradójico que asumamos que nuestro día a día se ve condicionado por crisis mundiales y cuando llega el momento discutimos, sobre todo, de lo bien o lo mal que nos caen los personajes y cómo podrían resultar los pactos entre ellos y ellas.

La pandemia es otro ejemplo. Se ha hablado de la gestión de la misma como momento difícil encadenado a continuación otro como la guerra, y parece que se ha asumido que dicha gestión fue, que no caben explicaciones y propuestas a raíz de lo aprendido. No olvidemos que todo ese periodo ha sido declarado inconstitucional (por decirlo de alguna manera) y que ni siquiera la derecha ha intentado usarlo como arma arrojadiza. Es llamativo el olvido de algo tan reciente y profundo, tanto que el fin del uso en todos lados de las mascarillas llegó poco antes, dos días, del comienzo oficial de la campaña, y casi pasó desapercibido.

Ahora se sigue por unos días intentado explicar el sentido del voto, los motivos por los que las expectativas se vieron o no cumplidas por el resultado, en breve no importará y pasaremos a los posibles pactos. Pero sería lícito preguntarse si obviar estos dos grandes temas ha sido decisivo y, puesto que lo han hecho todos los partidos podríamos inferir que sí. Es un argumento pobre porque no podemos saber la influencia que hubiera tenido lo que no se ha hablado, pero sí podemos saber que no mencionarlo la ha tenido. Digamos que si algún candidato hubiera propuesto con rotundidad, como algo importante en el lugar final que le otorgaran los votos y pactos, emprender acciones a favor del fin de la guerra, primero diplomáticas, y si hiciera falta jugársela con la posibilidad de salirse de la OTAN, seguramente hubiera tenido repercusión en el recuento. Ya ha ocurrido antes algo parecido, tras el atentado del 11M en vez de volvernos unos locos vengativos salimos de Irak en la primera o una de las primeras medidas que tomó Zapatero. Eran otros momentos, sin duda.

¿Cuál es motivo por el que los partidos deciden no abordar algún tema? Partimos de que hablan de aquello que piensan les proporcionará alguna ventaja en los resultados, luego obviamente no se meten en aquello de lo que solo esperan pérdidas. ¿Por qué creen que hablar de la guerra y la pandemia solo les hubiera traído pérdidas?. En el segundo caso creo que se debe a que remover el trauma social no les apetece ni ellos, mejor dejarlo estar, por no mencionar que la cadena de reproches todavía duraría. Y en el caso de la guerra creo que piensan que nada se puede hacer, el estado de opinión no contempla otra posibilidad que lo que se está haciendo, meterse en ese lío, enfrentarse a Estados Unidos a la UE o a la OTAN es simplemente impensable. Alinearse con una buena parte del resto de países del mundo sería un suicidio, sería colocarse del lado de mayoría pero de perdedores. Si no vas a ganar votos y si por un casual los obtuvieras y pudieras salirte de esta guerra, te convertirías en un perdedor para la escena de países supuestamente ganadores en la que te sitúas, no te metas.

Pero es que resulta que en el tema de la guerra el mundo se juega mucho y nuestro lado mucho más. Estamos dirimiendo sobre los cuerpos de soldados rusos y ucranianos como será el futuro. Nos enfrentamos a la locura de la guerra nuclear y antes incluso a la locura de unos señores a los que les importa una mierda todo el dolor que causa y causará el conflicto. Cuando una buena parte del mundo sigue muriendo de hambre, la desigualdad y la injusticia arrecian, cuando debemos hacer frente al problema global del cambio climático, estos tipos siguen diciéndonos que todo pasa por lanzarse misiles y contar chicos jóvenes muertos o mutilados y cercenar la vida de generaciones. Poco se habla desde la perspectiva de género de lo que suponen las guerras.

De todos es sabido que una guerra deja repercusiones graves por décadas y a veces siglos, y solo después del paso de muchas de ellas, con suerte, queda como algo exclusivo de los libros. Y lo sabemos con certeza precisamente por los libros. Yo creo que es una grave irresponsabilidad que no haya sido tema de la campaña electoral y que pagaremos las consecuencias mucho más lejos de lo que imaginamos. Pero eso ya lo sabemos, para qué discrepar.