¿Por qué los sueldos no van a subir?

Hasta ahora la experiencia nos demuestra que si puedes pagar menos a alguien no le pagarás más. Sólo pagarás más a alguien si consideras que es la forma de encontrar las personas que necesitas o si tienes una presión y unos limites que, de no cumplirlos, pones en riesgo tu negocio. Y por supuesto, si temes que el mercado esté abierto y de no pagar más las personas que consideras importantes se pueden ir.

Pero todo esto es muy antiguo, no necesitamos grandes teorías económicas ni a sus gurúes para que nos digan lo que vemos a diario. Hoy tenemos el caso de los estibadores, por ejemplo. Pues ya sabemos lo que pasará si se liberaliza el sector, bajarán los sueldos y se producirán despidos que luego serán sustituidos por sueldos más bajos y más carga de trabajo en menos personas. También sabemos que se perderá calidad, el trabajo se hará peor. Y que a la larga los beneficios de las empresas no subirán tanto, pero tendrán el poder absoluto y serán muchas las personas a las que no les quedará otro remedio que bajar la cabeza y aceptar las condiciones que sean, no sólo en sueldos. Los sueldos en otros lados de las empresas que no sean los estibadores también subirán, lo tenemos claro. El poder vale mucho más que los beneficios y esto es algo que se suele decir poco.

¿Qué es lo que no funcionaba en el modelo actual? ¿Cuál es problema que hace falta resolver? ¿Era necesario este intervencionismo, más si cabe por parte de un gobierno liberal que, en principio, se declara en contra del mismo? Al parecer, una vez más, se escudan en la UE, que en este caso se mete donde no parece necesario, pues incluso algunas grandes empresas tampoco lo ven claro. Deberían decirnos qué entienden por liberalismo, si es intervenir sólo donde consideran los que gobiernan o pensar que de manera general no es necesario intervenir, pues parece que los ciudadanos podrían presentar un montón de otros sitios por los que empezar.

Conocemos de sobra las estrategias de estos días. No pocos medios empezarán a decir que los sueldos de los estibadores eran demasiado altos. Ya lo hemos visto en otros sectores antes y lo peor es que muchos ciudadanos estarán equivocadamente de acuerdo porque los compararán con los suyos. Sería más inteligente asumir que donde trabajan están perdidos pero no hacer nada al respecto, que pensar “que se aguanten que yo estoy peor”. La cuestión es que si nos dicen que los estibadores cobran 100 mil euros al año y que encima trabajan poco y mal, quizás no despierten muchas simpatías como sector, entre los que se lo crean.

Y esta es, en fin, la sencilla razón de por qué no subirán los sueldos. Cuando se los bajaron a los pilotos y los controladores, estaban de camino los de funcionarios y no pocas personas seguían alegrándose de que se corrigiera una gran injusticia, mientras, la bajada del resto de sueldos estaba ya de camino. Se despreciaban las huelgas y a los sindicatos, y ERE se convirtió en una palabra común entre nosotros.

No existe una relación lineal entre la buena marcha de una economía y la subida de sueldos, es un error pensar en estos términos. En España y para empezar porque existe la gran bolsa histórica de desempleo que sin duda no interesa a todos corregir, puesto que es una barrera de contención a las subidas salariales. Pero en países donde el desempleo es muy bajo y en momentos de mejoría económica, la bajada de sueldos también se ha producido, porque sabemos que no existe relación directa; por mucho que políticos y economistas de cabecera intenten convencernos, choca con la experiencia cotidiana. Tampoco existe una relación lineal entre los beneficios de una empresa y la subida de sueldos. Ya sabemos que los mercados no son una tabla de doble entrada por la que cuando se toca una variable se produce un cambio en la otra expresado mediante un función.

Uno de los argumentos más utilizados en estos casos suele ser que debido a la masa salarial el sector o la empresa no puede ser competitiva. Llevado a un extremo, el hilo de esta lógica nos dice que la solución sería poner los sueldos más bajos que se estén pagando en el país que más bajos los esté pagando, ¿quizás 2 euros al día?. Por el otro extremo, nos dicen, la lógica es centrarse en generar aquello que produce valor añadido o que la calidad sea la ventaja competitiva. Esto nos llevaría a que si hay personas en el mundo que están dispuestas a pagar 30 mil euros por una botella de vino exclusiva deberíamos dedicarnos a producir esas botellas. Dado que ninguno de los dos extremos parece que se corresponda con la realidad de lo que es posible hacer, no queda mucho mas remedio que cuestionar el argumento. Que el precio de los sueldos se refleja en el producto o servicio no parece cuestionable. Luego ya sólo nos queda definir lo que es ser competitivo. En el caso de los estibadores la cuestión parece sencilla, si no lo fueran habrían dejado de usarse los puertos españoles o estaríamos en camino y si esto fuera así ellos mismos habrían pedido bajar sus sueldos. Cosa bien distinta es que lo que nos estén diciendo por competitivo es que se pretende aumentar los beneficios y para ello lo mejor es recortar en uno, varios o todos los costes, en este caso los estibadores que de momento no son el eslabón más débil, pero se busca que lo sean.

No deberíamos confundir ser competitivos con obtener más beneficios y los liberales deberían decirnos cual su lógica para tomar decisiones sobre intervenir. Y quizás entonces algún día se cuestione con un Decreto también lo que ganan, por ejemplo, los jugadores de fútbol, nadie queda al margen de la bajada de sueldos ¿o sí? Ya puestos a bajar sueldos cuestionemos todos ellos que así nos será mucho más sencillo lograrlo, una guerra de todos contra todos hasta lograr pagar por trabajar, eso sí que es un reto.

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