Antes de comenzar una de las ruedas de prensa tras los primeros contactos para intentar obtener apoyo parlamentario en su investidura, Mariano Rajoy decidió dedicar unas palabras en recuerdo a Miguel Ángel Blanco y otras a los tuits vejatorios sobre la muerte del torero Víctor Barrio.
Con la expectación y por lo tanto potencial repercusión en los medios que tiene una rueda de prensa de un Presidente en funciones que busca ser nuevamente ungido, la elección de estas menciones no es baladí. Y me surge la pregunta sobre si hubiera sido mejor escoger otro tema o enfocar este de otra manera. Por mirar hacia cuestiones cercanas al toro, quizás no hubiera estado mal mencionar el gran esfuerzo y compromiso que tiene la sociedad por eliminar las agresiones sexuales en las fiestas de San Fermín. Como mensaje para la sociedad no se me ocurre mejor ejemplo al que apoyar que esta forma de querer una fiesta y defenderla buscando eliminar de la misma algo que ocurre sistemáticamente todos los años y simplemente no se puede aceptar. Es muy valiente romper el círculo de silencio alrededor del tema a riesgo de que se pudiera cuestionar la propia fiesta y además movilizarse para luchar contra ello.
Por supuesto que hay miles de temas sobre los que poner los ojos de todo el mundo en ese espacio privilegiado que es una rueda de prensa, temas que no son necesariamente de política de partidos, simplemente de interés general. Si se quiere, puede ser una herramienta transformadora. Pero Rajoy no eligió siquiera el recuerdo del torero, que ya habría sido una elección significante, se enfocó en los tuits. Algunos de los mismos no pueden ser más desafortunados, de escasa moral y ofensivos, no cabe duda. Ahora bien, con todo el abanico de posibilidades, centrarse por parte de un personaje con esa repercusión en algo tan negativo, reprobable, con pésimo gusto y minoritario no puede tener más que un efecto perverso sobre los valores y la ética de nuestra sociedad.
Ya se encargarán los medios de dedicarle a este tema páginas y programas como así está siendo, para, sobre todo, desacreditar un todo que cuestiona la crueldad con los animales por una parte del mismo que pierde todas las formas en esa discusión. El error en esos tuits es una oportunidad que los rivales en la discusión social no dejarán escapar, es una victoria incluso si es necesario exagerar la dimensión de lo ocurrido y pedir el ingreso en prisión de los autores o autoras de los tuits.
Claro que -y por ser demagógico- sería deseable una movilización en los medios igual cada vez que se promoviera odio, hostilidad o violencia hacia personas o grupos por motivos “racistas, antisemitas u otros referentes a ideología, religión o creencias…” que también son muestra de inhumanidad.