Si el estilo comunicativo y la información transmitida a lo largo de la pandemia han influido en su control, también en la evolución negativa de la misma. Sin embargo, es muy difícil demostrarlo o determinar con datos lo que sí ha funcionado y lo que no, pues solo medimos algunas cuestiones relativas a la misma, unas muy concretas.
Evitando decirlo muy alto para no ser tachados de negacionistas, algunos ciudadanos se preguntan cómo es posible que en lugares con medidas muy restrictivas y otros con menos, la enfermedad avance igual. Ante la falta de explicaciones construyen las propias, como es natural, a la par que lo que sigue creciendo es su desconfianza hacia la información y con las formas que la reciben.
Los déficit en la comunicación creo que no son ya un invento, en la carta de Javier Segura de Pozo, médico salubrista y epidemiólogo él mismo identifica unos cuantos. Luchas políticas, mal periodismo seguramente influido por lo anterior y algunos, varios, errores internos de falta de transparencia y estilo democrático dudoso dentro del Ministerio.
Este hombre nos habla de la creación de numerosos indicadores tanto cuantitativos como cuantitativos para monitorizar la pandemia, imprescindibles. Cuenta como incluso, en alguno de los casos, ya solo tenerlos ayudó a bajar los datos de la pandemia por el aporte de información. Reconoce y entra dentro de lo normal, que otros se podrían haber construido mejor. Y termina de alguna forma preguntándose si la comunicación con la ciudadanía no debería haber sido otra. A fin de cuentas la pandemia va sobre las personas, incluso más que sobre el virus, cuanto menos sobre sus indicadores, egos o poder. En concreto nos regala la siguiente reflexión.
Nos debe hacer reflexionar sobre si la necesaria transparencia y el control social de la administración pública se puede basar en las titánicas conferencias de prensa del Dr. Simón, en la “aristocrática” comunicación científica (publicaciones en revistas científicas y comunicaciones en congresos) o en las frecuentemente sesgadas tertulias de los medios ¿No debería haber otros canales de debate y cruce de saberes con la ciudadanía para deshacer suspicacias y conquistar complicidades?
Muchas gracias