Campaña

Está bien una campaña del Ministerio de Igualdad contra la discriminación y el racismo; parece una iniciativa necesaria. Pero claro, la misma semana que salía vimos cómo la inmigración se había convertido en el top uno de las preocupaciones de españoles y españolas según el CIS. Políticos, políticas, aquí y por toda la UE, medios de comunicación y no pocos individuos con seguidores llevan todo el verano currándoselo. Cabe pensar que en un clima social como el actual resulta muy complicado reducir el racismo, si es que fuera nuestro deseo.

Si nos quisiéramos poner puntillosos con la campaña, cabría decir que, de momento, el pensamiento no es denunciable. En los anuncios aparecen una serie de personas a las que escuchas pensar en off lo más grande sobre otras (negras, gitanas, musulmanas) que luego resulta son un médico, una jueza y una profesora universitaria. Y acaba animando a que se denuncie más la discriminación y el racismo. Juega de una forma interesante con una de las claves; el racismo es finalmente algo que ocurre y es visible en el mundo, pero que tiene sus raíces en otro algo que no lo es, está en el pensamiento de quien actúa, pero – y esta es la clave- es socialmente compartido.

De preguntarme, optaría por sancionar antes a todos los políticos y políticas que contribuyen, crean o respaldan prejuicios, puesto que su nivel de responsabilidad en posibles actos racistas es muy alto. Mucho más alto que si tu cuñao repite ideas que están en el aire en una cena familiar. Resulta bastante obvio para todos y todas, pero la campaña, que -insisto mal no está- parece que se dirige a promocionar pequeñas denuncias de individuos concretos en su vida cotidiana.

El problema es que el racismo es estructural. Va un poco más lejos de las acciones concretas de individuos como las que ahora aparecen mucho en prensa sobre los gritos en estadios de fútbol. Esto implica que está instalado profundamente en nuestra cultura e instituciones. Se puede ver en las series, los anuncios, la política, determinadas normativas y hasta en personas en el desempeño concreto de sus funciones públicas. Ya entiendo que verlo así resulte desagradable y hasta más difícil de creer, pero existe una extensa investigación al respecto.

https://theconversation.com/racismo-institucional-de-que-estamos-hablando-157152

No me cabe duda que en el Ministerio de Igualdad lo saben, no en vano lidian con otro de los grandes sistemas de dominación que es el machismo. Esperemos así que esta campaña sea un esfuerzo en un larga lista de lo que esté por venir.