Utilizamos la misma palabra para definir tanto ideas racistas como creencias racistas. Simplemente hay personas que creen en su superioridad “racial”, tanto como en que el suelo que pisan es firme, lo necesitan para seguir adelante. En sentido estricto estas son –diría yo- las personas racistas.
Por supuesto este planteamiento es de Ortega que, en diciembre de 1934, firma Ideas y creencias y resume -Las ideas se tienen; en las creencias se está. “Pensar en las cosas” y “contar con ellas”-. Tal vez nos sirva para dar respuesta a esta pregunta que tan obsesionados tiene a algunos.
La pregunta surge a raíz de que Almeida, el alcalde de Madrid, se enfadó con un conocido jugador de fútbol por decir que si la situación del racismo no cambiaba debería reconsiderarse la sede del Mundial 2030. El alcalde dice: “Somos conscientes todos de que efectivamente hay episodios racistas todavía en la sociedad y debemos trabajar muy duro para eliminarlos” pero que “Es profundamente injusto con España, y particularmente Madrid, decir que nuestro país es racista”.
No es la primera vez que ocurre, en particular este personaje es de los que insiste en cuanto puede en que España no es racista, Madrid no es racista.
El problema -parece ser- es que el jugador no dice en ningún momento que España fuera racista, a Madrid ni lo menciona; se lo inventa o lo interpreta algún periodista o el propio alcalde. Se cuida mucho y -por decir- dice justo lo contrario.
“Hasta el 2030 tenemos un margen muy grande para la evolución. Espero que España pueda evolucionar y entender lo serio que es insultar a una persona por el color de su piel”, dijo.
“Si las cosas no evolucionan hasta 2030, creo que (el Mundial) necesita cambiar su ubicación porque el jugador no se siente cómodo y seguro de jugar en un país donde pueda sufrir racismo. Es complicado, pero yo creo y quiero hacer todo para que las cosas puedan cambiar porque hay muchas personas en España, o incluso la mayoría, que no son racistas, pero hay un pequeño grupo que acaba afectando a la imagen de un país que es tan agradable para vivir. Me encantar estar aquí y me encanta jugar para el Real Madrid”, añadió.
Hasta aquí no deja de ser gratificante ver que jugador y alcalde, en el fondo, coinciden en sus ideas, no somos racistas, hay personas y son pocas que sí y empañan la imagen del resto. Las ideas son muy interesantes porque nos importan muy poco. Ortega lo explica mejor.
Entre nosotros y nuestras ideas hay, pues, siempre una distancia infranqueable: la que va de lo real a lo imaginario. En cambio, con nuestras creencias estamos inseparablemente unidos… Es más, de hecho exige siempre de nosotros algún especial esfuerzo comportarnos conforme a lo que pensamos, es decir, tomarlo completamente en serio.
En las creencias se está, no se piensa en ellas, se actúa contando con ellas. La forma de acceder a nuestras creencias es mediante otra, la creencia duda. Solo activando ésta se puede poner en marcha un proceso de reflexión profundo que tenga alguna posibilidad de hacernos mudar.
No resulta práctico intentar calificar o no a todo un pueblo como racista pues es incómodo y nos hará tender a cortar pequeños trocitos del mismo y llegar a individuos concretos que son los que finalmente actúan. El resto puede expresar una idea aquí o allá de vez en cuando pero no se debe tomar por una forma de ser basada en una creencia. Sin embargo la pregunta creo que sí lo es, simplemente porque son muchas las personas que, cada vez que se plantea el racismo, salen a defender que España no es racista, incluso cuando nadie lo ha dicho.
¿Por qué hacen esto? ¿Por qué intentan defenderse de una acusación que nadie hace poniendo por delante una atribución sobre la forma de ser de todo un conjunto de personas dentro de unas fronteras? ¿Por qué hablan de España para a continuación decir que hay personas -españolas suponemos- que sí son racistas, es una evidencia y bla, bla…? ¿Es posible que un pueblo entero no sea mientras algunos dentro del mismo sí lo son? ¿Cuántos racistas tiene que haber para considerar al todo racista? ¿Se puede hacer esto último o las creencias racistas son solo una atribución individual con la que no cabe hacer conjunto?
No lo sé, me sitúo en la duda. Pero Ortega acaba con un interesante consejo:
En toda lucha de ideas o de sentimientos, cuando veáis que de una parte combaten muchos y de otra pocos, sospechad que la razón está en estos últimos. Noblemente prestad vuestro auxilio a los que son menos contra los que son más.