Señores Martin Schulz y Jean Claude Juncker, soy muy crítico con esta Unión Europea, vaya por delante, y sus palabras que leo en El País del día 6 de mayo de 2016 me refuerzan en esa postura.
Empiezan ustedes por alabar las palabras del Papa sobre la integración y a tenor del premio Carlomagno que se le otorga. Yo también, pero me hubiera gustado más que esas ideas hubieran sido expuestas por ustedes como presidentes de la Comisión y del Parlamento Europeo. No es que yo ironice con que muy mal debe irle a la UE para que tenga que recurrir a las palabras del Papa -como ustedes anticipan que algunos y algunas harán a raíz de su artículo-, no finjo mi profunda preocupación por ello.
Ustedes, en su artículo, establecen tres retos del presente: mantener nuestro estilo de vida europeo, garantizar la seguridad y la paz y gestionar la inmigración.
La elección del primero, mantener el estilo de vida europeo y en ese orden, es muy importante, no tiene mucho que ver con lo que propone el Papa y en cierta medida, es contradictorio con los otros dos. Para empezar, el concepto es ambiguo, tal como deben ser todos aquellos que esperan granjearse un alto consenso. Así dicho, parece que ningún europeo podría oponerse a mantener su estilo de vida, pues -además- la imagen que existe de otros y por comparación, hace que sea deseable el que se tiene que ni tan mal. Pero, “mantener” parece un concepto algo reaccionario, quedarnos como estamos a toda costa; no implica mejorar. ¿Es satisfactorio para un gran proyecto como el de la UE sustentarse en “mantener” algo, no en mejorarlo? ¿para eso nos unimos, para defendernos mantenido posiciones? ¿es posible pensar que a muchos europeos y europeas “mantener” les viene realmente muy mal a la salud?
Su ambigüedad, no obstante, continúa, y me parece entender que estilo de vida se refiere sólo a resultados económicos, el crecimiento, por ejemplo. Argumentan, además, que los estados europeos, permaneciendo juntos, pueden ser el árbitro entre las grandes potencias. O sea, que no consideran que Europa sea una gran potencia y se conforman con influir un poco entre lo que otras grandes potencias hacen que es, supongo, luchar por mantener su propio estilo de vida. No sólo me parece, de nuevo, poco ambicioso, sino antes equivocado, Europa podría definir un nuevo estilo de vida diferente al de esas otras potencias, debería y creo que muchos europeos y europeas estarían dispuestos y dispuestas, pero no por una cuestión sólo de valores, es que, además, el estilo de vida europeo actual no les ayuda en nada a su día a día.
Siempre parece que defender una idea así es menospreciar el crecimiento económico, y no es el caso, en realidad ustedes mismos mencionan que la fortaleza europea es su mercado interior, potencialmente -creo- mayor que de Estados Unidos, lo que, a priori, nos debería mostrar que podemos marcar pautas a seguir en el mundo, no sólo asumir un papel de árbitro.
El problema es siempre el mismo, no creo que ustedes desconozcan que cualquier proyecto que merezca la pena y por el que los individuos se quieran realmente mover y conmover, debe contener unas ideas de transformación de la realidad y de mejora de la misma, no sólo tratar de dinero. El dinero y la economía no son un fin en sí mismo, son un fin para poder desarrollar algo que deje huella, que signifique.
Pues bien, dado que el orden por ustedes establecido pone en primer lugar el dinero, en su forma conservadora de mantener un estilo de vida -sin definir- no de mejorar nada y sí de arbitrar entre otro concepto ambiguo como el de grandes potencias, queda muy poco que añadir; en un segundo lugar ya viene el objetivo de la paz y el de la gestión de la inmigración. Las ideas económicas abstractas como el crecimiento son -sabemos- muy interesantes cuando van en primer lugar pues ejercen el efecto de un continuo horizonte por alcanzar que se mueve con cada paso que damos. Como nunca se alcanzarán los resultados, nunca se puede dar el paso al segundo y tercer objetivo. ¿Qué puesto en las listas de la economía mundial se debe tener para velar por la paz y la seguridad o preocuparse de los refugiados? ¿Cuánto crecimiento hace falta?
No pudiendo ser menos, por una parte de nuestros valores europeos compartidos (que no poco tienen que ver con el cristianismo), ustedes buscan un culpable que no es otro, en este caso, que los estados pues, a veces, parecen no querer entender ese gran proyecto. Bien podría ser, pero piensen que si tú a alguien le dices esto va de la pasta, no puedes esperar que luego no mire por la suya y se centre en lo que quiera que sean los valores europeos o en permanecer unidos.
El proyecto europeo, al menos el que yo visualizo, está necesitado de historias de éxito, concepto que utilizan los consultores de empresas y demás. Desde luego el mantenimiento de la paz y seguridad en el mundo y cómo se aborda el tema de los refugiados no lo son y no lo han sido, nada tiene que destacar la UE en este sentido, más bien en el contrario, habiendo provocado menos seguridad y paz y con ello más miseria y refugiados. Es verdad que ustedes mencionan el tratado nuclear con Irán y el del cambio climático de París. No está mal, desde luego, pero ¿son historias de éxito europeo?
Añaden, por terminar, algo que me tiene todavía sobresaltado, resulta que los voluntarios y voluntarias que atienden a los refugiados son los que muestran el rostro humano de Europa. No es que no sea así, precisamente lo que asusta es que ese rostro humano sólo lo pongan los voluntarios y el Papa y no los gobiernos y las empresas europeas. Sí, también las empresas, porque ya está bien de esta bula papal que tienen para no hacerse cargo de ciertas cuestiones delegándolas en los estados y que no nos lo cuestionemos, como si el tema no fuera tan importante para el futuro de Europa y por lo tanto para el suyo como empresas, tanto como por ejemplo el TTIP. Si seguimos pensando que está bien que las empresas miren sólo por sus intereses económicos, igual que hacen los estados, qué podemos cuestionar a nadie, sólo estamos jugando todos y todas con las mismas normas del juego.
Ustedes quieren que nos levantemos y luchemos por nuestra Europa común ¿pero qué idea de Europa? ¿para qué? ¿para ganar más dinero, quienes? ¿incluye esto sólo a los asalariados, a los votantes y no a las empresas? ¿Y a los inmigrantes y refugiados o a estos sólo los gestionamos lejos?