Ocurrencias

Quiero sugerir a Sumar y los partidos racistas dos propuestas, ahora que el debate sobre la inmigración se sigue alargando mucho más que en ocasiones anteriores. Esto ultimo se nota porque incluso empieza a ser de uso cotidiano un concepto nuevo como el de inmigración circular. En realidad no es nuevo, como no lo son las sugerencias. Una primera medida podría ser aumentar a mansalva las inspecciones de trabajo, la otra, ampliar el derecho al voto a las personas migrantes. ¿Sencillo verdad? como si siempre lo hubiéramos tenido al alcance de la mano.

Vamos con la primera. El concepto de emigrante está principalmente asociado al de trabajo, Ministerio clave para Sumar. La gente emigra si cree que puede encontrar trabajo. En España tenemos, y eso nos dice con cierta frecuencia el empresariado, sectores con falta de mano de obra. Esto es lo que hace y según una interpretación con solera de la inmigración que la gente se mueva, la oferta y la demanda, en términos de aquella -y cursis- los factores push-pull. Y a la vez conocemos que no poco mercado laboral entorno a la inmigración es ilegal, bien porque se pague muy poco, bien porque las condiciones sean miserables y peligrosas, bien porque todo ello, además, se haga sin observar la ley. Pues hagamos que se observe.

¿Qué puede pasar? Pues que quienes se lucran con todo el negocio del trabajador migrante ganen un poco menos. Si por lo que sea algunos de estos personajes, por observar la ley se arruinara y no pudiera recoger su cosecha, pagar a quien cuida a sus padres o realizar una reforma de un edificio, pues quizás así deba ser, porque queremos entender que para que todas esas cosas se lleven a cabo no debe ser a base de explotar a otros seres humanos e incumpliendo la ley ¿no? Si al haber más inspecciones de trabajo realmente esta gente se ve obliga a cumplir la ley, aparecerán muchas más personas que puedan regularizar su situación por medio de un trabajo digno y bajarán los irregulares porque serán legalmente contratados. Si en algún momento la necesidad de mano de obra desaparece -de nuevo los defensores de la ley de la oferta y la demanda lo entenderán- dejarán de venir personas. Si ya no hay trabajo lo sabrán en muy poco tiempo en los países de origen. Las sucesivas crisis que hemos tenido estos años así lo demuestran, la del 2008 o la del COVID, por ejemplo. Tal vez no sea la medida definitiva, pero por el camino quizás ayude a mejorar nuestro muy justito mercado laboral. Es un win-win en términos también de los horteras del lenguaje empresarial (o quizás no tanto para algunos).

Los defensores de la libertad, de nuestro modo de vida y nuestra democracia, supongo que entenderán también que, si a partir de estar trabajando y viviendo dignamente, una persona cumple con sus deseos y expectativas o no, podrá decidir volverse a su país o quedarse. Lo que está feo es ponérselo a la gente muy difícil y lucrarse infinito con ello hasta que por agotamiento decidan regresar. Imaginemos que la seguridad en las calles que ofrece nuestro territorio, la forma de entender la vida o las cañas, embelesa, tienen descendencia, les va bien en el cole, y deciden quedarse. Maravilloso ¿no?, por qué tenemos que decir -no, tu vienes a trabajar un ratito y te piras-. A fin de cuentas esta es la idea de inmigración circular y ya se probó tan pronto como después de la Segunda Guerra Mundial por ejemplo en Alemania, con tampoco un éxito definitivo.

La otra sugerencia se me ocurre para Sumar y el resto de partidos menos racistas, que ya sé de antemano que a los racistas no les cuadrará. Para acabar con la inmigración irregular cambia el sistema electoral para que los migrantes puedan votar. ¿Sencillo, no? No sé si realmente tendrá mucho efecto en las entradas y salidas pero es de justicia. Si pago impuestos y si cotizo aquí, algo debo poder opinar sobre lo común ¿no? ya que también lo estoy pagando. Los partidos de la derecha en realidad no deberían tener tanto miedo (aunque no sé si son los únicos). Cuando, por ejemplo, se decidió magnánimamente permitir votar a las mujeres, los negros o los pobres, no desaparecieron los conservadores que más se oponían, o sus partidos no seguirían entre nosotros y nosotras ganado fuerza. Entiendo que les pueda dar pereza tener que idear propuestas que se adapten a las necesidades de algún que otro millón de personas que pasarían a tener derecho a voto, pero seguro que se las ingenian. Y la democracia mejoraría un poquito.